Pancreatitis aguda por alcohol y por cálculos: diferencias y gravedad

La pancreatitis aguda es la inflamación súbita del páncreas y sus principales causas son dos: los cálculos biliares y el alcohol. Aunque los síntomas iniciales son similares —dolor abdominal muy intenso en la parte superior del abdomen, que se irradia a la espalda y se acompaña de náuseas y vómitos—, hay matices importantes que ayudan a diferenciar una de otra.

En el caso de los cálculos, el perfil típico es el de una persona que ya ha tenido cólicos biliares. El inicio del dolor es brusco y puede acompañarse de ictericia si el cálculo obstruye la vía biliar. La ecografía suele mostrar dilatación de la vesícula o de la vía biliar. La pancreatitis por alcohol, en cambio, aparece en personas con consumo crónico o tras una ingesta abundante. El dolor también es muy intenso, pero no suele haber dilatación biliar; en su lugar se encuentran signos de toxicidad hepática y cambios propios del abuso de alcohol.

La gravedad es variable en ambas formas. Pueden ser cuadros leves que se resuelven con hidratación, reposo digestivo y analgesia, pero también evolucionar a necrosis pancreática, pseudoquistes, fallo respiratorio o shock. El manejo incluye fluidoterapia intensiva, analgesia potente y nutrición adecuada.

En la pancreatitis biliar, puede ser necesario realizar una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) para extraer el cálculo y, posteriormente, una colecistectomía para evitar recurrencias. En la pancreatitis alcohólica, la abstinencia total de alcohol es esencial para prevenir nuevos episodios.

En ambos casos, los síntomas son una urgencia médica. Un dolor abdominal persistente, acompañado de vómitos o ictericia, requiere acudir al hospital sin demora.