Cirugía del cáncer de colon
La formación de un cáncer de colon es un proceso en etapas iniciado con la aparición de un pólipo que se transforma en maligno.
El colon o intestino grueso es la parte final del intestino. Tiene forma de tubo y su interior está cubierto de una mucosa formada por células. Cuando una de ellas se transforma en maligna y se multiplica sin control, surge el cáncer de colon.
Este tumor maligno puede crecer de manera local (invadiendo las capas de la pared del tubo digestivo y pudiendo alcanzar a los órganos contenidos en el abdomen), por diseminación linfática a los ganglios o por diseminación hematógena (a través de la sangre van preferentemente al hígado, pulmón, hueso y cerebro).
Si el tumor se detecta en fase temprana, es curable en más del 90% de los casos. Por este motivo, es vital la detección precoz, ya que se trata de un cáncer frecuente. Un 80% de los casos son esporádicos y el 20% tiene influencia genética.
La cirugía tiene como objetivo extirpar:
- El tumor, con márgenes suficientemente amplios
- Los principales vasos arteriales y venosos que nutren el segmento intestinal en el que se encuentra el tumor
- Los ganglios linfáticos regionales
La resección se puede realizar por vía convencional o por cirugía laparoscópica, con una incisión menor y un postoperatorio más rápido. En el momento actual debe considerarse el tratamiento laparoscópico como de primera elección.
Tipos de cirugía:
- Hemicolectomía derecha (tumor en el ciego o en el colon ascendente)
- Hemicolectomía izquierda (tumor en el colon descendente o sigma)
- Colectomías segmentarias (tumores en el colon trasverso o ángulo esplénico)
Tras la extirpación del tumor, debe ser analizado y, dependiendo de sus características, puede ser necesario administrar tratamiento con quimioterapia como complemento de la cirugía.
Tumor de colon con metástasis
Dependiendo del estadio de la enfermedad, el paciente precisa o no de tratamiento de quimioterapia. La quimioterapia principalmente se puede administrar por vía intravenosa u oral, aunque existen otras formas de administración.
Su administración puede ser:
- Tratamiento neoadyuvante: es la administración de quimioterapia previa a una posible intervención. El objetivo es reducir el tamaño tumoral y con ello facilitar la cirugía.
- Tratamiento adyuvante: es la administración de quimioterapia tras la resección quirúrgica. El objetivo es eliminar posible enfermedad microscópica y evitar la recidiva de la enfermedad.
- Tratamiento paliativo: es la administración del tratamiento de manera paliativa. La intención es reducir la carga de la enfermedad y que de ello derive en un beneficio clínico.
En ocasiones, hay pacientes con enfermedad diseminada en el hígado o pulmón que presenta buena respuesta al tratamiento siendo posible un intervención posterior.